Línea Proletaria

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sábado, 20 de octubre de 2007

12 DE OCTUBRE; NADA QUE CELEBRAR


Son ya 515 años los transcurridos desde que el imperialismo español comenzó a saquear los pueblos de América Latina. La invasión de las nuevas tierras significaba la posibilidad de abrir nuevas rutas comerciales que incluían, no solo las riquezas y bienes naturales de las nuevas colonias, si no incluso el tráfico de esclavos como mano de obra barata. Cacao, oro, caucho, especias, maderas y un sin fin de riquezas, fueron usurpadas por el imperio de la época.
A lo largo de la última mitad del segundo milenio, el nuevo mundo fue evangelizado y domesticado con un colosal esfuerzo misionero, por el cual todo valía con tal de subyugar a los pueblos latinoamericanos. Todo esto en nombre de “su majestades los reyes, con el objetivo de cumplir la sagrada misión de civilizar a los salvajes”.
La situación de explotación y exclusión del pueblo fue haciendo que cada vez se tomase mayor conciencia de las diferencias existentes entre la metrópolis y los territorios coloniales, y, con esta toma de conciencia, comenzó a manifestarse el sentimiento patrio y de identidad nacional. El incipiente nacionalismo contribuyó, pues, a cuestionar el orden colonial prevaleciente.
Fueron héroes como Maceo, Simón Bolívar, Francisco de Miranda o Bernardo O'Higgins los que dejaron su huella en el desarrollo de una nueva identidad nacional. Criollos, negros, mestizos, mulatos e indios, lograron sustituir los poderes metropolitanos, y asumieron el mando. El reto mayor fue lograr la integración de los nuevos estados recién creados, pero para esto era necesario algo más que un fuerte deseo de libertad. Al igual que el levantamiento de la Comuna de Paris fue rápidamente traicionado los movimientos de liberación latinoamericanos pasaron a ser explotados por una nueva clase, la nueva burguesía nacional.
El capitalismo mas salvaje sigue presente en los pueblos latinoamericanos. Las nuevas formas de explotación se desarrollaron en forma de multinacionales, oligopolios, bancos, es decir Telefónica, Banco Santander, PRISA, Repsol. Cada plan de desarrollo basado en el libre comercio ha supuesto un endeudamiento y una pérdida del control de los bienes y recursos naturales de los países. A la vez que los prestamos hipotecarios para el desarrollo propuestos por el FMI y el BM, lo único que han conseguido es aumentar la deuda externa.
Los pueblos cansados de traidores y tiranos que vendían la patria al mejor postor, comienzan a ver la revolución como la única alternativa. Cuba, uno de los últimos en liberarse de la dominación colonislista española, fue el primero en emanciparse por completo del colonialismo, jugando un papel fundamental en el despertar de los pueblos excluidos y explotados por el neoliberalismo, dando toda su experiencia a los países hermanos.
Hoy vemos como Latinoamérica es un verdadero hervidero de revoluciones. Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, caminan rumbo al socialismo conscientes de que este es la única solución a las desigualdades sociales. Otros sin embargo, son duramente perseguidos y reprimidos, por paramilitares al servicio de la oligarquía financiera, como el caso de Colombia.
No podemos sentirnos orgullosos de ser los principales expoliadores y explotadores de nuestros hermanos latinoamericanos. El día de la hispanidad representa algo más que el descubrimiento de nuevas tierras, y desde luego no significó el hermanamiento con un mundo nuevo, ni la iniciación de un periodo de proyección lingüística y cultural en América.
La Unión de Juventudes Comunistas de España quiere manifestar su más enérgica repulsa ante la celebración de este día y quiere mostrar toda la solidaridad para nuestros hermanos y hermanas latinoamericanas, aplaudiendo el comienzo de la emancipación y la construcción del socialismo latinoamericano, conscientes de que la unidad y la solidaridad internacionalista son el mejor camino para la creación, como buscaba el Che, del hombre nuevo.

40º ANIVERSARIO DE LA CAIDA DEL CHE EN COMBATE


Este año se cumplen cuarenta años de la caída en combate del comandante Ernesto Guevara de la Serna, el Che.
Aprovechando esto, volveremos a ser testigos del carnaval de deformaciones y banalizaciones que se hacen sobre la figura del Che por parte de la ideología dominante que, incapaz de enterrar su recuerdo, se dedica a deformarlo.
Frente a ese Che “romántico”, quijotesco y sin ideología, con el encanto de los héroes caídos precisamente por ser caídos, es necesario recordar al Che de carne y hueso, tal y como fue: revolucionario, patriota latinoamericano, comunista. Luchador infatigable, permanente trabajador voluntario, ejemplo de entrega, firmeza y coherencia.
El Che se ha convertido en todo un símbolo para los jóvenes de nuestra época. Por eso, es más urgente y necesario que nunca defender su herencia frente al velo de la comercialización y la trivialización que el capitalismo ha impuesto sobre él.
Su valentía, su entrega, su compañerismo, su sentido del deber, son la mejor herencia que podemos extraer de él. Un ejemplo a seguir en nuestro quehacer constante, en la búsqueda de la transformación social y del comunismo.
Su vida y su acción son el ejemplo comunista y revolucionario más pleno y más íntegro que existe. El Che pronto se dio cuenta de que la Revolución era la única vía posible para terminar con las desigualdades sociales en América Latina y en el mundo. En coherencia con esto, decidió embarcarse junto al compañero Fidel en la lucha revolucionaria contra la dictadura de Fulgencio Batista, donde jugó un papel decisivo. Luego marchó al Congo para crear “dos, tres, muchos Vietnam”, focos de lucha revolucionaria y de resistencia antiimperialista. Finalmente partió a Bolivia, donde fue cobardemente asesinado por militares bolivianos de acuerdo con la CIA. Con su muerte, no solo se perdió un gran revolucionario, si no un gran compañero y amigo.
Su figura, lejos de abandonarnos, sigue viva en nuestros corazones. Sigue viva en todos aquellos y aquellas que creemos en la construcción de una sociedad mas justa, sigue viva en todos aquellos y aquellas que creen en los valores de la solidaridad, y de lo colectivo, que creen en el derecho universal a la educación y la cultura, en la preservación de la naturaleza, en la dignidad y soberanía de los pueblos.
En definitiva, sigue vivo en los corazones de todos aquellos y aquellas que creemos en una alternativa al imperialismo, al neoliberalismo, a la explotación del hombre por el hombre.